domingo, 27 de febrero de 2011

Centroamericana, la promotora del feminismo mexicano.


     Hola, hoy les platicaré brevemente sobre una migrante de origen Guatemalteco, que dejó huella en nuestro país. La incluyó principalmente porque muchos de nosotros seguro hemos escuchado que los migrantes centroamericanos no aportan nada a nuestro país.



     Se trata de Alaíde Foppa, (1914-1980) poetisa, escritora, feminista entre otras facetas de su vida. Gracias a ella se realizó la primera revista feminista en nuestro país: FEM.


     También colaboró en la radio Universidad de la UNAM, principalmente en el programa “Foro para la Mujer”.


     Era una persona muy culta, que hablaba siete idiomas, y se supo rodear de la elite cultural de su tiempo, en especial con las mujeres.


    Una anécdota para recordar es que ella fue la primera persona que le hizo una entrevista a otra guatemalteca, que después sería internacionalmente famosas y asediada por la prensa: Rigoberta Menchú, ganadora del Premio Nobel de La Paz en 1992.


     Eso ocurrió entre 1979 y 1980, cuando Rigoberta tenía alrededor de 19 años y aún hablaba un español cortado, según testimonio de su hijo, Julio Solórzano Foppa.






Su vida






     Alaíde nació en Barcelona, España, en 1914, hija de una terrateniente Guatemalteca y de un Italiano Naturalizado Argentino que era diplomático por su país adoptivo.


    Pasó parte de su infancia en Italia y Argentina, llegando a la tierra materna en 1944, debo aclarar que por ley no era española, porque en ese tiempo no se concedía la ciudadanía por nacimiento en ese país si los padres no son españoles.


     El 20 de octubre de ese año, hubo una revuelta popular, y ella pasó la noche cuidando a enfermos del hospital, a quienes metió debajo de sus camas debido a que el edificio era bombardeado.


     Ahí se relacionó con el Presidente Juan José Arévalo Bermejo, quien fue gobernó entre 1945 y 1951.


     Con él procreó a su primer hijo, Julio, (nacido en México) que no fue reconocido legalmente, y fue adoptado por el Alfonso Solórzano, uno de los ministros el ex presidente, quien se caso con Alaíde, y fue padre de cuatro hijos con ella.


     En 1954 llegaron Foppa y Alfonso llegaron a nuestro país, como refugiados políticos debido al golpe de estado de Carlos Castillo Armas.


     Desde entonces estuvieron en nuestro país, aunque ocasionalmente visitaban tierra chapina. Su hijo Julio asegura que su madre se sentía a gusto en México, y que incluso les decía a sus hijos, que el exiliado era su papá.


     Dos de sus hijos murieron participando en la guerrilla Guatemalteca contra el gobierno, su esposo murió atropellado en México, todo en menos de un año, incluyendo la suya.


     El 19 de diciembre de 1980, cuando había acudido a visitar a su madre enferma, ella y su chofer fueron levantados, al parecer por miembros del ejército chapín. Aún no se sabe que fue de ella.


     Tres días después, el exterior de la embajada de Guatemala en México fue sede de un mitin, integrado por artista e intelectuales amigos de Alaíde, pidiendo por su vida. La campaña se llevó a los medios, y causo impacto en Europa. Pero no pasó nada.


Su legado.


     Pese a la presencia del feminismo en nuestro país, fue ella quien creó la primera revista sobre el tema, la que sirvió para reunir a las mujeres más destacadas de la vida cultural, una de sus principales amigas fue Elena Poniatowska, naturalizada mexicana de la que hemos hablado un poco antes.


     Desde 1972 tuvo su espacio radial, que sirvió para socializar el contenido de la Conferencia del Año Internacional de la Mujer, realizado en 1975, en México.


     También sirvió el programa para denunciar la situación de la mujer mexicana, la desigualdad, la violencia, la discriminación que padecían (y aún padecen), y todo gracias a la acción de una migrante Guatemalteca.


     Así que, cuando te digan que los migrantes centroamericanos no aportan nada a nuestro país, háblales de Alaíde Foppa.

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