Muy triste el asesinato de los migrantes ocurrida en San Fernando, Tamaulipas. Desde hace tiempo se habían escuchado rumores sobre secuestros y asesinatos de migrantes, principalmente centroamericanos, en la frontera sur.
Después de esto, no queda la menor duda. Y era de esperarse, si el Estado Mexicano no ha podido garantizar la seguridad de sus ciudadanos, difícilmente podría garantizar la de los extranjeros, y aunque duela aceptarlo, menos aún si son pobres e ilegales.
Ante esta “quemada” internacional es necesario tomar medidas para evitar que se reproduzcan acciones semejantes. Solo así podremos exigir un trato digno a los mexicanos que van a buscar oportunidades en el Norte.
Nos quejamos de Estados Unidos, pero ¿Nosotros cómo tratamos a nuestros migrantes? No hay que ver la paja en el ojo ajeno si no nos quitamos la propia primero.
Aunque a nuestro favor puedo decir que si esto hubiera pasado en el Coloso del Norte, seguramente la información se hubiera ocultado, y ninguna familia hubiera podido enterrar a su gente.
No ocurrió así aquí, y hay que reconocer que no se trató de ocultar la masacre, aunque lo verdaderamente importante es que no volvamos a ver algo parecido porque el Estado Mexicano tendrá la fuerza para impedirlo.
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