miércoles, 29 de diciembre de 2010

Libre transito para Centroamericanos



     Únicamente el libre transito de ciudadanos centroamericanos por México disminuirá los abusos a sus derechos humanos y laborales a los que frecuentemente los someten nuestros paisanos.


     Sí. El ciudadano mexicano abusa de los derechos humanos y laborales de los migrantes extranjeros. Y lo hacemos de peor manera que nuestros vecinos del norte, a quienes tanto nos gusta criticar.


     No solo me refiero a los delincuentes mexicanos que secuestran, tortura, violan y matan a ilegales centroamericanos.


    
     Si no también a los ciudadanos comunes y corrientes que al conocer el status legal de los hermanos del centro del continente, les pagan bajos salarios, o no les paga nada, tras amenazarlos con acusarlos en migración.


     Incluye a quienes extorsionan sexualmente a las mujeres, para evitar ser expulsadas del país.


     Los casos y formas de abusos son variados, pero la solución es única: Libre transito de centroamericanos por nuestro país.


     Eso significa que no se requirira visa, ni pasaporte, ni siquiera una identificación para pasar del otro lado del río Suchiate.


     De esa manera, el robo de sus documentos no los hará esclavos —sexuales o laborales—, ni tendrán que ir escondidos por los lugares más peligrosos e inhóspitos para evitar su deportación.


     En síntesis, al dejar de perseguirlos, realmente se les da la igualdad con los mexicanos: es decir, se comparten los mismos riesgos y los derechos humanos entre todos los habitantes del país, temporales y permanentes.


     Me refiero a los riesgos, porque el tipo de legalización que propongo no elimina las posibilidades de robo, secuestro, etc, pero ahora sería en la misma proporción que los mexicanos, no como ocurre hoy, que son las víctimas “por excelencia”.


     Seguramente estarán pensando que eso permitiría la entrada de muchos maras salvatruchas, y delincuentes similares, pero simplemente, eso ya ocurre hoy.


     Además, no todos los centroamericanos son pandilleros, de la misma manera en que no todos los mexicanos somos narcotraficantes.


     Solo queda esperar que los cuerpos de seguridad mexicanos logren mejorar su eficacia, eficiencia y transparencia, para logran la detección y castigo a los delincuentes, nacionales o extranjeros.


     Mientras tanto, desde nuestra trinchera, hagamos un movimiento por el respeto a los derechos humanos de los migrantes en México. Solo así tendremos la autoridad moral para criticar la paja en el ojo ajeno, después de ver la viga en el propio.



Fotos:
La primera foto la obtuve de oaxacamigrante.org
La segunda de elsalvador.com
La tercera de radiohrn.hn

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